Poco a poco nos vamos acercando al final del curso, y es por eso que hoy se nos ha presentado la última parte de la asignatura (en lo que respecta a este cuatrimestre): aprender a representar el espacio de forma abstracta a partir de la diferenciación y simplificación de luces y sombras.
Es cierto que la semana pasada ya comenzamos a plantear esta diferenciación entre luz y sombra en nuestros dibujos, pero ahora lo vamos a hacer de una forma mucho más radical.
Para afrontar el dibujo de forma correcta debemos empezar con un apunte rápido, un tanteo, para ir ajustando las relaciones que se dan en el espacio y plasmarlas correctamente en nuestro papel. Una vez concluida esta fase comienza la introducción de planos de color. Entornar los ojos es la manera más sencilla de diferenciar y sobretodo geometrizar las zonas iluminadas y las no iluminadas.
Reconozco que como nunca antes había hecho esto me ha resultado bastante difícil ser capaz de convertir esas luces en polígonos. Especialmente, los reflejos en el suelo (los cuales son muy importantes para poner en relación todas las figuras con el espacio).
Dibujo 1:
La dificultad que me plantean los reflejos del suelo se puede ver perfectamente en este dibujo en el que se aprecian las dudas que tengo a la hora de intentar representarlos como formas geométricas.
Por otro lado, la escasez de tiempo para cada dibujo hace que sea todo más complicado. Hay veces que un dibujo se acaba en media hora, pero otras veces emplearías en el muchas más horas. El problema de tener un tiempo limitado es que se trabaja con prisa y con presión, lo cual suele ser muy poco favorable.
Dibujo 2:
De nuevo en este dibujo vemos mis problemas con la geometrización de los reflejos del suelo.
Para entrenarnos en esta técnica, este fin de semana debemos tomar tres fotografías de la clase y representarlas mediante este sistema de dibujo de luces y sombras, tanto a mano como a photoshop.
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