Es importante a la hora de llevar a cabo estos dibujos que seamos capaces de sumergirnos en aquello que queremos crear, y al mismo tiempo poder salir del dibujo para ser crítico y hacer operaciones de ajuste.
Esta es una práctica muy importante en el tipo de dibujo que vamos a realizar durante el resto de nuestras vidas: el dibujo del arquitecto, que consiste en habilitar lugar, en crear espacios habitables. Lo bonito está en adentrarse en esos lugares aún imaginarios y recorrerlos.
Esta primera parte de la que he hablado es fundamental para el dibujo, tanto como lo es proceso, algo de lo que ya he hablado muchas veces: tantear, probar, ajustar, jerarquizar...
Y como no, en los dibujos de esta semana no pueden faltar ninguna de esas operaciones.
13 DICIEMBRE
De nuevo hoy hemos tenido que terminar el dibujo a prisas y corriendo, puesto que no quedaba más tiempo. Pero a pesar de eso, cada vez siento que las cosas van saliendo mejor y que poco a poco voy asimilando este proceso de dibujo que es tan nuevo para mi.
14 DICIEMBRE
Lo que más me ha gustado de la clase de hoy es el hecho de que hayamos centrado todo el tiempo en un único dibujo. Eso me ha permitido realizarlo con más calma, con más delicadeza.
Por otro lado, considero que la clase de hoy ha sido más productiva dado que, por el lugar en el que estaba situada, Pedro y Fernando se han fijado más en mi dibujo y me han estado corrigiendo. Esas correcciones han ayudado mucho a que me haya encontrado mas a gusto durante el proceso, y en consecuencia a que el resultado haya sido más satisfactorio.
Bueno, y esta es la última clase de esta asignatura: DAI I.
Una vez finalizado el cuatrimestre, echas la mirada atrás y empiezas a fijarte en todo lo que has aprendido, todo lo que has progresado.
Inicié el curso de DAI con miedo a equivocarme, pero poco a poco he ido asimilando que el error, el "fracaso" está implicito en el éxito. Para hacer las cosas bien, antes tienes que haberlas hecho mil veces mal. Es cierto que esto produce una gran frustración como la que he sentido algunos días de clase en los que veía que nada salía, que el dibujo no fluía por más que yo lo intentaba. Pero también es cierto, que tras haberse equivocado muchas veces, cuando algo sale bien reconforta mucho más, sientes que el esfuerzo ha merecido la pena.
Por otro lado, me voy con la sensación de haber mejorado algo en el dibujo. No es que ya sepa dibujar, sino que ya me enfrento a los problemas con más soltura, no estoy tan agarrotada y he perdido bastante el miedo al papel en blanco.
Me llevo la buena impresión de que DAI ha sido una iniciación, una toma de contacto con el mundo del dibujo, en el que estaremos presentes el resto de nuestra vida.
Pero esto no es una despedida, sino un hasta luego. ¡Nos vemos en febrero!
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