domingo, 14 de octubre de 2012

11 SEPTIEMBRE 2012

   Comenzamos la clase de hoy con un pequeño recorrido histórico por el arte. Desde el Renacimiento hasta ahora se han estado produciendo figuras. Pero esas figuras no se han representado del mismo modo a lo largo del tiempo.
   El Renacimiento, con el descubrimiento de la perspectiva, y gracias a la aparición del volumen, se caracteriza por la verosimilitud del espacio, es decir, en esta época se buscaba una representación fidedigna de la realidad. Destaca Giotto, enmarcado el periodo del Trecento.
   Para romper la figuración de este período, tiene que surgir otro movimiento: el Barroco. Con él, poco a poco, la relación figura fondo se empieza a romper, a través del uso del claroscuro, de la pérdida del punto de vista y el juego de luces y sombras. Es decir, se resta certeza al objeto, y se sustituye por incertidumbre. Se hace mención, entre otros, a Rembrant, a Caravaggio, quien radicalizó el uso de la luz para dar lugar a espacios ambiguos, y por supuesto, al Greco, quien se adelantó a su época con la ruptura de las figuras.
   Más adelante, el Impresionismo, rompe definitivamente con la nitidez de la figura, eliminando la silueta y centrándose en la pincelada. Este movimiento dará paso al Fauvismo, en el que vamos a trabajar hoy.
   Su nombre viene del francés Faub, que significa salvaje. Este movimiento supone la ruptura de la figuración anterior a través del color, con el objetivo de crear espacios absolutamente fragmentados. En esta vertiente destacamos a Henri Matisse, cuyas obras vamos a observar hoy.

Obra de Matisse

Obra de Matisse

Obra de Matisse

 A raíz de esto, el trabajo de clase de hoy consistía en hacer un retrato de retrato de nuestros compañeros a partir de un boceto previo en el que separábamos las zonas de luz (colores cálidos) y sombra (colores fríos).


Boceto
Mi dibujo

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