jueves, 20 de septiembre de 2012

20 SEPTIEMBRE. EL GESTO Y LA TONALIDAD EMOCIONAL


Segunda semana. Continuamos con el mismo objetivo que nos va a acompañar hasta el final del curso: iniciarnos en la CREACIÓN arquitectónica. Pero no de cualquier forma, sino a través del DIBUJO, produciendo figuras a mano.

Para ello, es fundamental LIBERAR, no sólo la mano, sino todo el CUERPO.  Este inicio en la creación es una TRASLACIÓN, un paso desde una situación de partida, en la que somos USUARIOS del mundo, hasta una situación de llegada, en la que nos habremos convertido en CREADORES del mundo. Ahora mismo, situados en la posición de salida, somos seres pasivos. Hemos aprendido, e incluso automatizado de tal manera el modo de usar el mundo, que hemos olvidado cómo crear.
La socialización ha conseguido que adoptemos comportamientos establecidos, normas de conducta, de forma que los movimientos de nuestro cuerpo están modelados, y a través de ellos, también lo están nuestras operaciones mentales. Necesitamos que estas fluyan libremente. Para ello, debemos interiorizar ciertas posturas, debemos interiorizar la operación de TANTEO, un trabajo duro, que creará incertidumbre, puesto que  para ello tenemos que adoptar el fracaso como un modo de vida. Pero ello nos deparará una gran recompensa: la CREACIÓN. Convertirnos en seres activos y ser capaces de resolver aquello que se nos plantea de un modo único y personal, sin que nadie nos guíe.
Y todo ello lo vamos a conseguir, o por lo menos intentar, a través del DIBUJO.

Para empezar, es importante que seamos capaces de analizar las obras. Debemos entender el dibujo como un PROCESO, en el que el artista ha seguido una serie de pasos para alcanzar la obra final.
Pero esto no es tarea fácil. Antes, es necesario comprender que el mundo está FABRICADO. Las obras de arte están fabricadas. Nosotros, a primera vista, sólo vemos el resultado final, pero detrás se esconde un proceso de producción. Y eso es precisamente lo que debemos averiguar, cómo se ha producido cada obra de arte.
Y así, como las obras surgen de las emociones, seremos capaces de entender un poco más el sentido de las pinturas, y de lo que representan.

Concretamente, la clase de hoy tiene que ver con eso, con las emociones y su forma de plasmarse en el papel. EL GESTO Y LA TONALIDAD EMOCIONAL.
Pongamos un ejemplo.
El viernes pasado estudiamos dos cuadros totalmente distintos. El primero de ellos, de Twombly era una imagen mucho más expresionista, mientras que el segundo era más contemplativo, lento y meditado. Pues bien, esas son dos tonalidades expresivas totalmente distintas.

El primer artista de referencia de hoy va a ser JOHN CONSTABLE, un artista del siglo XVIII, próximo al Romanticismo y centrado en la naturaleza, vista como un lugar de fuerzas poderosas, un ambiente sublime.
En sus cuadros, en los que aparecen nubes, podemos ver como este expresa la tonalidad emocional a través de los gestos: trazos en distintas direcciones, con distinta fuerza y mayor o menor grado de suavidad.  Estos son dos ejemplos de obras suyas, en la que la tonalidad emocional es totalmente distinta. Mientras que uno expresa calma, el otro transmite tempestad, furia.



  

El segundo artista que vamos a estudiar hoy es WILLIAM TURNER. Se trata de un pintor inglés de finales del siglo XVIII, mucho más expresionista que Constable.
A parte de ser famosos por las acuarelas, este destacó en la representación de tormentas. Y son estos fenómenos los que vamos a estudiar hoy.
Turner expresa las tormentas como un CAOS CONTROLADO, y es capaz de representar el movimiento de las mismas. Para ello, se vale de los GESTOS. Cada movimiento de la tormenta se corresponde con un gesto distinto, de tal manera que sus cuadros se configuran como haces de pinceladas en distintas direcciones.
Pero antes de nada, para ser capaz de representar de una forma real estas tormentas, debe estudiarlas. Intenta entender el movimiento, a través de dibujos analíticos. Y para ello, hace coincidir los gestos de la mano, con los gestos del movimiento real.

Vamos a trabajar con un cuadro muy concreto suyo: Tempestad en los Alpes.
Este refleja una tormenta, brusca y potente. Para ello se sirve de las técnicas de las que hemos hablado antes. Un movimiento, un gesto. Y así consigue crear una imagen, un haz de pinceladas, que conforman una idea global.

Comenzamos a hacer un dibujo análogo. Primer intento: un fracaso. No he seguido la misma dinámica que siguió el autor y esto se debe a que no hemos analizado con detenimiento el cuadro.
Dibujo 2



Así que toca pensar. Volvemos a observarlo y hacemos un análisis de él. Representamos a través de un croquis, y de forma esquemática, las familias de trazos que configuran el dibujo.
Croquis



Tras esto, procedemos de nuevo a pintar, partiendo de nuevo de cero. Y este es el resultado. Una amalgama de trazos en distintas direcciones, con distinta textura y en distintos colores.
Dibujo 2

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